El Rent to Rent (R2R) es un modelo que se ha consolidado como una de las estrategias más populares en el sector inmobiliario para generar ingresos pasivos sin la necesidad de ser dueño de una propiedad. Este modelo, que permite alquilar un inmueble para luego subarrendarlo con un margen de beneficio, sigue ganando adeptos tanto en España como en otros países.
En este artículo, exploraremos en profundidad qué es el Rent to Rent, cómo funciona, su legalidad en España, ventajas, riesgos y consejos para implementarlo con éxito en 2025.
El Rent to Rent es un modelo de negocio inmobiliario en el que un inversor (arrendatario) alquila una propiedad a un propietario y luego la subarrienda a terceros, ya sea como una vivienda completa o por habitaciones, obteniendo así un beneficio por la diferencia de precio.
Este sistema es especialmente atractivo porque no requiere de una gran inversión inicial, como la compra de un inmueble, permite escalar rápidamente con múltiples propiedades, y es flexible y adaptable a diferentes mercados.
Existen tres formatos principales, que son el alquiler tradicional subarrendado, en el que se alquila un piso y se subarrienda completo; el HMO (House in Multiple Occupation), donde se alquila una vivienda y se renta por habitaciones; y el Serviced Accommodation, de alquiler turístico, en el que se subarrienda como apartamento turístico en plataformas como Airbnb.
A diferencia de la compra tradicional de propiedades, que requiere un desembolso significativo (por la entrada de hipoteca, notaría, e impuestos), el Rent to Rent solo necesita el pago de un depósito, que normalmente es equivalente a uno o dos meses de renta, y el primer mes de alquiler. Esto lo hace accesible para emprendedores con recursos limitados.
Al no depender de aprobaciones bancarias o procesos hipotecarios largos, un inversor puede gestionar múltiples propiedades simultáneamente. Esto permite hacer crecer el negocio de forma orgánica, añadiendo más inmuebles a medida que se generan ingresos.
El Rent to Rent puede adaptarse a diferentes tipos de demanda, como al alquiler residencial en ciudades con alta demanda (Madrid, Barcelona), al alquiler por habitaciones (HMO) en zonas universitarias o business districts, y al alquiler turístico en zonas costeras o ciudades turísticas.
A diferencia de otras inversiones que requieren esperar años para obtener retornos, como la revalorización de una propiedad, el R2R genera un flujo de caja mensual desde el primer mes. Esto lo hace ideal para quienes buscan ingresos pasivos o complementarios.
Al no ser propietario, el inversor no asume riesgos como las caídas en el valor del inmueble, los costes de mantenimiento estructural (a menos que se pacte lo contrario), ni posibles problemas con hipotecas o bancos.
Mediante reformas menores como pintura, mobiliario, o decoración, o añadiendo servicios como limpieza o wifi, se puede incrementar el valor percibido del inmueble y, por tanto, el precio de alquiler.
El primer paso es identificar inmuebles adecuados. Lo ideal son propiedades en zonas con alta demanda de alquiler, con propietarios flexibles y que permitan subarriendo.
Luego se debe negociar con el propietario y el contrato debe tener una duración larga (3 a 5 años) para asegurar estabilidad, debe incluir un permiso explícito para subarrendar y especificar las responsabilidades de cada parte.
Se debe acondicionar el inmueble dependiendo del modelo elegido, y para buscar inquilinosse pueden usar anuncios en Uniplaces, Spotahome o grupos de Facebook para estudiantes, para el alquiler turístico, en plataformas como Airbnb y Booking.com, y para alquiler corporativo, es bueno contactar con empresas que necesiten alojamiento para empleados.
Una vez en marcha, es clave optimizar con la automatización de cobros y otros procesos.
El Rent to Rent se distingue claramente de otras formas de inversión en bienes raíces. Por ejemplo, la compra tradicional de propiedades requiere de una inversión alta, rentabilidad depende de la revalorización (a largo plazo) y del alquiler. Su mayor ventaja es que eres dueño del activo pero brinda menor liquidez y exposición a crisis inmobiliarias.
En el caso del alquiler turístico con propiedad propia la inversión es similar a una compra tradicional más los costes de acondicionamiento. Su rentabilidad es alta en temporada, pero volátil. Los precios son más altos que en alquiler residencial pero su regulación es cambiante.
Para los REITs (Inversión en fondos inmobiliarios) la inversión es baja, se compran acciones. La rentabilidad depende de un dividendo variable, sin control sobre las propiedades. Su mayor ventaja es la diversificación y gestión profesional, pero sin posibilidad de escalar con estrategias activas.
Y en el Rent to Rent la inversión es media (depósito + primer mes), la rentabilidad es rápida, desde el primer mes, y escalable. No hay necesidad de propiedad y es adaptable a distintos mercados., pero implica dependencia del contrato con el propietario.
En resumen, el R2R es ideal para quienes buscan control operativo sin atarse a una hipoteca, mientras que la compra tradicional es mejor para inversores a largo plazo.
En España, el subarriendo está regulado por el Artículo 8 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que establece que es legal si el propietario da su consentimiento expreso en el contrato, pero que sin autorización, el subarriendo puede ser motivo de rescisión del contrato. En comunidades autónomas como Cataluña, existen regulaciones adicionales.
Se puede contactar a dueños de pisos vacíos o inmobiliarias y ofrecer un alquiler garantizado, que implica menos preocupaciones para ellos.
Debe ser de largo plazo (3 a 5 años), con cláusula de subarriendo y con la posibilidad de realizar mejoras.
Si es HMO, debe cumplir con normativas de habitabilidad. Si es turístico, hay que decorar para maximizar su atractivo.
En plataformas como Idealista, Spotahome o Airbnb, o contactando a empresas que necesiten alojamiento para empleados.
Se deben automatizar pagos y mantenimiento, y monitorear la ocupación para ajustar precios según demanda.
Sí, pero depende de su ubicación, las ciudades con alta demanda de alquiler (ej. Madrid, Málaga), del tipo de R2R, siendo el HMO más rentable que alquiler tradicional, y de una gestión eficiente para controlar costes y evitar vacíos.
Si el dueño decide no renovar el contrato, el negocio se termina, y algunos propietarios pueden poner obstáculos, como no permitir reformas. Por eso se deben negociar contratos largos y mantener una relación profesional.
Pueden darse casos de morosidad, daños a la propiedad o conflictos legales. O en alquiler turístico, quejas por ruido o mal uso. Por ello se debe hacer un filtrado riguroso de inquilinos y contar con seguro de impago y depósitos de garantía.
Pueden imponerse restricciones al alquiler turístico o nuevas leyes de vivienda que limiten el subarriendo. Por eso es bueno diversificar modelos, que no sea solo turístico, y estar al día de normativas.
Requiere de tiempo para atender llamadas de inquilinos, coordinar limpieza y mantenimiento, y gestionar reservas (en caso de ser alquiler turístico). Se recomienda externalizar ciertas tareas o usar software de gestión.
En mercados competitivos, los costes pueden dejar poco margen. Una solución es buscar propiedades en zonas con alta demanda y poca oferta.
Se debe elegir entre HMO, alquiler corporativo, tradicional o turístico.
Con herramientas digitales de gestión, contratos y cobros recurrentes.
Se debe tener una comunicación transparente y ser puntual con los pagos.
Se deben monitorear los precios de alquiler de la zona y usar estrategias según temporada.
Es bueno tenerlo para cubrir meses de vacíos y gastos imprevistos.
Se deben usar fotos profesionales y se pueden aprovechar las redes sociales.
Un contrato de arrendamiento con cláusula de subarriendo.
Entre 3000 a 10000 euros.
En plataformas como HOMming, en redes de networking o por contacto directo.
Entre 300 a 1500 euros al mes por inmueble.
Pagar el alquiler al propietario, mantener el inmueble y gestionar subinquilinos.
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El Rent to Rent es una estrategia viable en 2025 para generar ingresos en el sector inmobiliario sin comprar propiedades. Sin embargo, requiere investigación, gestión activa y cumplimiento legal. Si se implementa correctamente, puede ser un negocio altamente rentable y escalable.
Duración estimada: 8 meses
Rentabilidad anual estimada: 14%
Ticket mínimo: 200€
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