La permuta de vivienda es un contrato al que acceden cada vez más ciudadanos y sirve como mecanismo para quienes quieren mudarse de hogar. En vista de que es una alternativa factible en los últimos años, sobre todo tras el boom de cerca de las 7.000 operaciones realizadas, no es extraño que algunas personas quieran conocer de qué se trata.
Por este motivo, en las próximas líneas te explicamos qué es, cómo funciona, cuánto dura y otros aspectos relevantes que debes entender sobre este tópico. ¡Continúa con la lectura!
En términos fáciles de explicar, es un cambio de inmuebles que presentan un valor igual o similar. En este, dos dueños pactan voluntariamente. No obstante, aunque tiene relación con una transacción convencional, no es como ocurre con los contratos de compraventa de inmueble donde es posible observar un flujo monetario de alto valor.
Existen algunas características importantes que presenta este tipo de contrato y que son necesarias de conocer. A saber, las más importantes son las siguientes:
Este proceso se formaliza a través de una escritura pública. En ese documento, se tiene en cuenta la descripción del traspaso y de los activos, así como el valor de cada una.
Al igual que ocurre con otros tipos de transacciones, esta formalidad se encuentra sujeta a tributos. Por ejemplo, el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales.
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Este contrato adquiere su validez una vez que asistes ante un notario. Y no necesita de formalidades adicionales, como ocurre en el caso de otros contratos (a no ser que existan hipotecas).
Ambas partes adquieren las mismas obligaciones, ya que el proceso es recíproco. Esto quiere decir que cada una de las partes está consciente de cumplir con lo establecido en el contrato.
Este proceso suele ser bastante ágil y más rápido en comparación con la compraventa convencional. ¿Por qué? Simple, no hay que esperar por la aprobación de un financiamiento o por encontrar a un comprador para la casa.
Básicamente, existen dos tipos de permutas que tienen relación con las transacciones de bienes inmuebles. Estas son las siguientes:
Se trata de una operación en la que los bienes permutados tienen un valor equivalente. Es decir, ningún usuario tiene que aportar un gasto monetario adicional.
Consiste en una operación en donde uno de los activos supera el valor del otro. Por esa razón, uno de los propietarios tiene que pagar la diferencia en dinero.
Ambas partes deben dar un inmueble. Ahora bien, como normalmente la valoración de ambas no es igual, entonces, alguno de los dueños tiene que aportar algo de dinero.
Por otra parte, la fracción monetaria que da uno de los dueños de la vivienda, en general, no suele ser significativa respecto al valor del bien objeto de intercambio; el contrato siempre es tratado solo como una permuta (y no incluye uno de compra-venta).
Una vez que las partes acuerdan el traspaso de los activos y cierran el acuerdo de manera voluntaria; se prosigue con la formalización de todo ante la notaría.
Ahora bien, el funcionamiento en el caso de los gastos y tributos puede complicar la transacción. Por ejemplo, si existen hipotecas sobre uno o ambos activos, se debe aprobar una nueva hipoteca o llevar a cabo una renovación en la cual figure un cambio de titular deudor.
Cuando se hace un cambio de titular en cualquiera de los bienes que tiene la hipoteca, la misma continúa, aunque bajo el nombre del otro propietario deudor. Y, si esta persona tiene una buena solvencia económica, entonces existen mayores posibilidades de que la entidad financiera apruebe la hipoteca.
El procedimiento es bastante sencillo. Por supuesto, esto es así cuando no existen deudas hipotecarias pendientes.
Después de llevar a cabo todos estos pasos, solo resta transmitir la titularidad de ambos bienes. Así, cada usuario va a satisfacer sus necesidades.
Este tipo de procedimientos legales se utilizan cuando los dueños de viviendas quieren mudarse a otra sin perder mucho tiempo, y no desean pagar grandes sumas de dinero por comprar otro activo.
La permuta también es útil en los casos en los que los beneficiarios no quieren pasar por el proceso de buscar un comprador para su casa actual. Inclusive, es un procedimiento que sirve para obtener un inmueble a costo reducido, al menos en términos de impuestos.
Este procedimiento legal tiene implicados varios gastos. Algunos de los más importantes son los siguientes:
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Cabe destacar que, en ciertos casos, se deben tener en cuenta los gastos por novación, pero solo si existen hipotecas asociadas a una o ambas propiedades. Esto se debe realizar así para poder formalizar la transferencia de titular.¿Cuánto tiempo dura el proceso?Este proceso puede variar en función de varios factores determinantes. Por ejemplo, los más comunes son estos:
Si todo transcurre sin problemas, significa que el proceso puede durar desde pocas semanas hasta algunos meses. En realidad, no hay un tiempo preciso de referencia.
Si existen ganancias o pérdidas patrimoniales es menester incluirlas en la declaración de impuestos. En ese caso, debes hacer el cálculo con base a la diferencia entre el valor de obtención de la casa y el valor de mercado, derecho entregado o el que recibes a cambio.
Sí, es posible llevar a cabo este trámite si uno o ambos activos tiene una hipoteca. En ese caso, debes hacer una novación. Y para efectos del valor del activo, tienes que calcularlo restando el valor en el mercado al del capital pendiente de amortizar del proceso hipotecario.
Existen algunas ventajas y desventajas que debes tener en cuenta cuando se trata de formalizar este contrato. Estas son las siguientes:
Desventajas
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En resumen, este proceso no es una alternativa tradicional. Sin embargo, facilita el proceso de adquisición de vivienda para personas con ciertas necesidades personales. Por eso, es necesario que estés bien asesorado y tengas el apoyo de los mejores profesionales del sector para que tu proceso tenga éxito sin complicaciones.
Este proceso permite que quienes busquen un hogar lo hagan sin pasar por complicados procesos de compra-venta. Debido a eso, es un método factible que, además, suprime la necesidad de intermediarios financieros, como un banco, por ejemplo, para la solicitud de un préstamo.
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